El Oviedo Moderno es uno de los equipos más modestos de la Primera división femenina. Su presupuesto es seis veces menor que el de los denominados 'grandes' y se nutre con futbolistas de la región que apenas superan la mayoría de edad. Las carencias económicas no están reñidas con la calidad y el combinado asturiano lucha contracorriente por permanecer un año más en la máxima categoría.
"La Primera división tiene en si situaciones muy dispares. No podemos compararnos a clubes como el Barcelona, Atlético de Madrid o Athletic Club cuyo presupuesto deben superar los 600.000 euros. Nosotros tenemos ocho equipos y entre todos el presupuesto es de 140.000 euros. Llevamos 12 temporadas en la elite y cada vez es más complicado conseguir el dinero necesario porque no tenemos un club detrás que nos respalde, la repercusión mediática es tan escasa que hay empresas en la región que aún no nos conocen y el apoyo privado de las empresas que es escaso", asegura Beatriz Álvarez, presidenta del Oviedo Moderno. "Cada temporada la afrontamos con las mismas dificultades. Somos un equipo de barrio jugando en Primera. El objetivo es la permanencia y en eso estamos", añade.
El Oviedo Moderno es actualmente decimoquinto clasificado con 7 puntos en 16 partidos a cinco de la salvación. "Tenemos un equipo muy joven porque las circunstancias del club así lo requieren. Seguimos una política de cantera en la que nos nutrimos de jugadoras de la región, sabiendo incluso que a veces las hacemos jugar en Primera división demasiado rápido", apunta Emilio Cañedo, técnico de las astuarianas. "Estamos muy contentos con el trabajo de las jugadoras y la ilusión que transmiten y por eso estoy seguro de que al final recogerán su recompensa", añade.
"El fútbol femenino es el gran desconocido. Cuando llegas a él te das cuenta las trabas que tiene que pasar una niña para jugar al fútbol. Por eso después son el doble de comprometidas, se preocupan por aprender el doble y son el doble de disciplinadas. Creo que el fútbol femenino es el deporte que más puede progresar en el futuro cercano", subraya Cañedo.
La representación de las jugadoras corrió a cargo de Ane Otxoa, que compagina el fútbol con sus estudios de Magisterio Infantil. "Comencé a jugar al fútbol en el colegio con los compañeros de clase hasta que me fichó un equipo de Gasteiz. Me puse de portera porque al resto de compañeras les daba miedo que les lanzaran el balón y no se me daba mal. Cuando me llamaron la selección de Euskadi y la española decidí que mi puesto estaba bajo los tres palos", asevera. "A día de hoy la Liga tiene muy buen nivel de porteras, pero si tuviera que destacar a una sería Sandra Paños (Barcelona)", finiquita.
Fuente: http://www.marca.com
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