Esta semana me pasó algo muy peculiar. Hablando con una amiga que juega al fútbol, como yo, nos pusimos a pensar en todo el tiempo que llevábamos formando parte de este deporte. Y de ahí, surgió el artículo: 450.138 minutos.
Hicimos la suma y salió un número de seis cifras. La friolera de cuatrocientos cincuenta mil ciento treinta y ocho minutos llevo siendo futbolista. El resultado de cada minuto que he pasado dentro de un campo de fútbol desde que empecé a darle patadas a un balón hasta el día de hoy.
Empezamos desde muy pequeños sintiéndolo bien a dentro, ese sentimiento hacia lo que a esas edades es el fútbol, un simple juego. Aunque todos sabemos que en el patio del colegio no era así. Cada partido era como estar jugando la final de la Champions y el que ganaba se llevaba mucho más que el reconocimiento de toda Europa; el de tus compañeros y el del chico que te gusta. Al menos, hasta el partido del día siguiente. ¡Las veces que le hemos pedido a nuestras mamás que no nos pusieran falda porque queríamos jugar al fútbol! ¡Y todas esas broncas que nos hemos llevado, porque aún llevándola, jugábamos igual y nos rompíamos las medias!.
Estos son los primeros minutos que poco a poco se van sumando y conforman el total. Es el tiempo más valioso de nuestra gran suma, ya que en esa época no son éxitos lo que se cosecha, sino raíces lo que se forma. Empezamos a expresarnos, a saber qué es lo que nos gusta, a descubrir nuestras pasiones y a enfrentarnos a nuestros miedos.
Te toca ir creciendo, te apuntas a tu primer equipo de fútbol en tu pueblo. Tus rivales en el recreo ahora son compañeros con los que luchas por el orgullo de ganarle al equipo del pueblo vecino que es el mayor contrincante. Poco a poco, entreno a entreno, no sólo nos hacemos mayores, si no que nuestro marcador tiene cada vez más minutos, cada vez más experiencias, nos estamos haciendo futbolistas.
Y llega el día en que alguien apuesta ti, empieza lo bueno, equipos grandes, clubes importantes, selecciones territoriales, nacionales, copas, trofeos, medallas... ¡'Más minutos! Dejas atrás aquel patio de colegio, aquellos partidos de barrio y compites de verdad. Ese instante en el que sientes que todo lo hecho hasta ahora ha valido la pena. Notas el orgullo de haber seguido los impulsos de tu corazón y haber hecho siempre lo que te gustaba aún superando las dificultades del camino. Porque ahora te ves con un montón de años por delante, con un montón de sueños por cumplir, con una cantidad infinita de ilusión por aprender y con un puñado de gente que te quiere apoyándote a tu lado.
Es entonces cuando le das al 'Pause' y giras la cabeza para echar un vistazo atrás y no sólo ves seis cifras iluminadas en tu marcador, ves cuatrocientos cincuenta mil ciento treinta y ocho de los mejores minutos de tu vida.
Dale al Play, sigue haciendo que cuente.
* María Miret es jugadora del Sant Gabriel
Fuente: www,marca.es
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