Pese a la temporada histórica del Real Betis Féminas en la que las chicas verdiblancas han conseguido ascender a la élite del fútbol español, el ayuntamiento de Sevilla ni si quiera recibirá a las futbolistas, desprestigiando una vez más, al fútbol femenino
Desgraciadamente, no resulta para nada novedoso el hecho de que se lleve a cabo una desigualdad constante entre hombres y mujeres. Diferencias salariales, distintas condiciones laborales e incluso contrarias restricciones y derechos, decantan una vez sí y otra también la balanza humana. Lo peor, es que asiduamente esa balanza de la que hablamos cae en favor del mismo grupo de persona: los hombres. Y como consecuencia, el otro sector de la población se ve afectada por una una sociedad que aún no supera (en determinadas ocasiones) el lastre del machismo.
El fútbol, como otros ámbitos, también se ve sacudido por el problema anterior. Aunque es cierto que se trabaja cada vez más en esa ‘utópica’ igualdad futbolística entre hombres y mujeres, aún faltan diversos flecos que impiden dicho objetivo. Lamentables flecos como el sorprendente pero real, salario inferior que reciben los árbitros/as del fútbol femenino en relación con el masculino o las inexistentes subvenciones que recibe nuestro país de la FIFA, como consecuencia de que Ángel María Villar no incluya en su equipo de trabajo a tres mujeres mínimo (solo incluye a una, siendo los otros 59 miembros varones). Sí, han leído bien. El presidente de nuestra federación de fútbol deja escapar 3 M€ anuales por no añadir dos mujeres más a su grupo de trabajo. Insólito pero verídico.
Pues bien, la última muestra de esta nula equidad ha llegado en la capital hispalense con dos equipos implicados: Real Betis Féminas y Sevilla Atlético. En la ya acabada temporada 2015/16, el primer equipo del Sevilla FC ha vuelto ha hacer historia llegando a la final de la Copa del Rey y coronándose, de nuevo, como campeón de la Uefa Europa League. Y como era adecuado y legítimo, jugadores y cuerpo técnico disfrutaron de una celebración por todo lo alto que empezó en Basilea y acabó en el Ramón Sánchez Pizjuán, pasando como es lógico, por el ayuntamiento de Sevilla.
Meses más tardes, ha sido el filial sevillista el que ha ascendido formidablemente a la Segunda División de nuestro fútbol, teniendo a la postre su merecida celebración. Esta, aunque en menor medida que la del primer equipo, constó de un festejo con la afición y el Consejo de Administración y como tenía que ocurrir, estuvo complementada por una visita al consistorio sevillano donde fueron recibidos por el alcalde de la ciudad Juan Espadas.
En cambio, tan solo siete días antes de que el segundo equipo rojiblanco consiguiese la gesta citada anteriormente, el equipo femenino del Real Betis Balompié hacía historia al ascender por primera vez a la Superliga, es decir, a la Primera División española del fútbol femenino. Hecho para el recuerdo y más que honorable debido a la dificultad que ello supone, puesto que es solo un único conjunto el que tiene opción a subir de cada grupo de segunda. No obstante, no es problema ese de un ayuntamiento de Sevilla, cuya única obligación en este aspecto es recibir y dar la enhorabuena a los equipos campeones sevillanos. Sin embargo y para sorpresa de todos, ni ha ocurrido ni se espera que ocurra tal situación. Por lo que el Real Betis Féminas pese a haber ascendido a una categoría superior a la del filial sevillista, no tendrá su merecida visita al ayuntamiento de Sevilla.
Esto, ha desatado una tremenda polémica en la capital hispalense en la que la certera discriminación al fútbol femenino ha sido enmascarada por el argumento de aquellos que han pensado que se ha discriminado por el color de la camiseta. Pero no, no sean ingenuos. No se ha recibido a un equipo por que se llame Sevilla FC y a otro no porque se llame Real Betis Balompié; se ha recibido a un equipo porque lo forman hombres y, lamentablemente, no se ha recibido al otro porque lo forman mujeres.
Ya pasó con las chicas del Athletic Club de Bilbao cuando no le dejaron sacar la gabarra a pasear y vuelve a pasar con el Real Betis ahora. La pregunta es obvia: ¿Hasta cuando va a durar esta discriminación al fútbol femenino?
Imágenes: Real Betis Balompié y Sevilla FC.
- Fuente: http://www.capitaldeporte.com
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